La vi,
Impávida guardaba
La silueta de tu recuerdo
Acariciaba el viento
Buscándote quizá
Quise escudriñar
En las rendijas añejas
De las sombras de su soledad
Y encontrarme con el rescoldo tuyo
Abrir la puerta y entrar
En tu fogata de invierno.
La vi,
Guardaba como un sosiego
El eco de un cuestionamiento
A verse pegada a la tierra
Se preguntaba si podría cambiar
Por un instante su función de objeto
Extender las alas y volar
Hasta llegar a tu lecho
Acariciarte y resignada regresar
A su función de banca
Destinada a su inmovilidad.
Nos vimos,
Me acomodé en su regazo
Me brindó su mejor espacio
Como en otros tiempos
La misma esquina en donde te esperé
Acaricié su corva añosa
Y lerda cayó la tarde
Como hoja de maple en otoño
Ya no estaba sola porque en la noche naciente
Retornaste en luz de luna, finalmente juntas las tres.
Excelente, como suelen ser tus escritos. Y las fotos, también. Tienes madera, niña… :)