El otoño y yo.
El otoño
aquel otoño
nuestro otoño, está aquí
y vos,
sos el único ausente.
Los maples
con sus hojas ocres
y la hierba seca
decoran las postal
de una despedida
que callada llora
en tu reminiscencia.
Otrora nuestro otoño
aquel otoño
el otoño que acantonando está
viene sigiloso
entre los senderos
y los descampados,
apresura el paso
sin voltear atrás.
Te busca insistente
entre las veredas
que un tiempo anduviste
en las tardes plomizas
de copiosa lluvia
y de espesa bruma.
Tus arces,
de azuladas hojas
madurando están
guardan la agonía
y el paso lerdo
de sus tribulaciones
guardan ilusorios
la certidumbre que regresarás.
Los cogollos tiernos
pretenden vislumbrar
en las tardes claras
tu silueta andando
entre los caminos
que desolan la noche
son las hojas muertas
y las que el viento sopla
las que se acumulan
a la orilla del río
aquel charco de agua
que vos hiciste mar.
Sola en la tiniebla
de esta noche cerrada
el viento frío y la lluvia copiosa
que en mi ventana están
se asoman discretos
en la misma estancia
donde tu cuerpo tuve
cual lienzo desnudo
en la noche tibia
cuando te acaricié.
El otoño y yo
hicimos sociedad
una mezcla extraña
de vendaval y versos
yo te los escribo
y él los hace llegar
hasta tu morada
que hoy es primavera
y los cerezos
que floreciendo están
tal vez la ventisca
que a menudo suspira
sepa interpretar
estas cuantas coplas
que hoy te declamo
con la voz sonora
de mi corazón.
Ilka Oliva.
Septiembre 17 de 2012.
Estados Unidos.